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¿Qué es la Generosidad para Un curso de Milagros?

Un curso de milagros nos dice: “dar y recibir en realidad son lo mismo.” Para nosotros dar y recibir lo percibimos desde el punto de vista físico. Dar cosas físicas es la proyección de ideas, de pensamientos. Entonces realmente no es tanto lo que damos a nivel de nuestros actos o desde lo material, sino es desde donde lo doy, porque lo que realmente estoy dando es la materialización de una idea.

 

Dar y recibir, según un curso de milagros, no nos dice si esa idea solamente se aplica desde el amor o desde el miedo, si es desde el espíritu o desde el ego. Es una ley que aplica en cualquiera de los sistemas de pensamiento. Lo interesante es que lo que yo doy, es lo que yo corroboro que tengo.  El curso también nos dice que lo que estás dando, es lo que nosotros creemos que nosotros somos.

 

Muchas veces nosotros podemos ser muy generosos aparentemente con cosas materiales porque tenemos abundancia material y estamos siempre dando y pensamos que estamos siendo muy generosos porque estamos dando, pero el punto no es dar cosas físicas sino es desde donde las estoy dando. Por ejemplo, un político puede ser generoso porque puede hacer un aporte desinteresado para ayudar a ciertos grupos vulnerables y pareciera que está siendo generoso, pero no está siendo generoso porque no lo están dando desde un lugar de amor. Da y espera que se lo vote o que se lo siga. Lo que le estoy dando a otros me lo doy a mí

 

Desde el punto de vista emocional, esto todo nos lleva siempre a estar presente y a ser honestos con nosotros mismos. Entonces dar y recibir son en realidad lo mismo, desde el ego o desde el espíritu santo. Lo que yo estoy dando, me lo estoy dando a mí, porque es lo que tengo. Ahora esto nos lleva al Perdón, a ver qué error tengo en mi mente y permitir que se haga un cambio allí. Porque entonces lo que yo estoy dando es el espejo de aquello que yo creo de mí mismo.

 

También tengo que ver lo que yo creo que me falta y lo comienzo a dar y ahí me empiezo a dar cuenta que sí lo tenía. Porque todo lo que es abundancia, paz, alegría, creatividad, todo lo tenemos, pero muchas veces estamos tan metidos en un sistema de pensamiento egoico que no nos percatamos de que lo tenemos. Nos damos cuenta de que lo tenemos al darlo.

 

Recordemos que todo lo material es la extensión o la proyección de ideas, de pensamiento, por lo tanto, nunca estoy dando algo físico, sino que estoy dando una idea. Entonces cuando yo empiezo a corregir ese concepto de mí mismo que lo refuerzo al dar, entonces toda idea da forma en algún nivel. Esa corrección de mi mente, ese recordar el ser que todo lo tiene, que me doy cuenta por lo amable que estoy siendo, por la alegría que estoy dando, por la paz que estoy dando porque también recibo todo eso.

 

Entonces doy lo que tengo porque no puedo dar algo que no tengo. Ahora la realidad es que todo lo tenemos, pero primero tenemos que tenerlo en nuestra conciencia para que se pueda materializar. Tener una conciencia es saber que lo tenemos, y así se puede materializar.

 

Esta idea de generosidad no se está refiriendo a bienes materiales, sino se está refiriendo a la mente. Y desde la mente es donde fabrica el mundo, nuestra experiencia. Cuando en mi mente tengo el concepto de generosidad, mis acciones van a ser coherentes con esa generosidad. Así es que se trabaja en un curso de milagros, miro que es lo que yo estoy proyectando, lo que yo estoy experimentando para darme cuenta lo que yo estoy dando. Lo que tengo alrededor, es lo que doy.

 

Y nosotros tenemos el significado de la generosidad errado. Para nosotros la generosidad es una persona desinteresada y solidaria. En realidad, en un curso de milagros no nos está diciendo que demos cosas o que no las demos, no se centran nunca en la forma, lo que es físico, se centra en lo mental. Entonces no se está refiriendo a que una persona generosa sea solo solidaria, porque también dice dar es lo mismo que recibir, entonces pensamos que para que yo tenga cosas las tengo que dar, creemos que tenemos que sacrificarnos. Una de las bases del ego es que el amor exige sacrificios, que Dios me exige sacrificios para que yo tenga. Dios no nos pide nada, en ningún momento a nosotros, Dios nos está pidiendo que nosotros nos sacrifiquemos. 

 

En el Manuel del Maestro una de las características de éstos es la generosidad.  Y también dice que nadie puede ser generoso si no ha desarrollado la confianza. A medida que yo empiezo a ser un poco más generoso, me doy cuenta que no estoy perdiendo, entonces aumenta mi confianza.

 

La generosidad se basa en la confianza. Nadie puede ser generoso sin confianza, porque vamos a pensar que estamos perdiendo si no tenemos confianza. Para el mundo, la generosidad significa dar en el sentido de perder. Creemos que, si yo doy algo material, lo pierdo, porque luego no lo tengo más. No hay que dar cosas materiales si no son nada, son ilusiones para el curso de milagros. Para el mundo significa dar en el sentido de perder y esa es la idea de sacrificio del ego, que, si yo doy, pierdo. La verdad es que, si yo doy, me lo doy, porque me doy cuenta que lo tengo.

 

Entonces a nivel de la forma, a nivel de las cosas físicas, yo puedo dar como un símbolo de la gratitud por lo que he recibido. Entonces ya ahí lo damos sin pérdida.  Dar está muy ligado con el diezmo, yo doy como gratitud porque recibo.  Entonces estoy dando la idea de que tengo y por eso la refuerzo.

 

Otro concepto que está muy confundido lo de ser generoso por lástima, por eso siempre nos tenemos que ir a ver desde donde estamos dando. Si nosotros estamos dando desde la lástima, ahí está el ego, en el sentido de que está viendo carencias y se está creyendo superior de aquel le doy. Yo puedo dar pensando que este ser está en abundancia como yo, y esto que yo le estoy dando es un símbolo de que le llegan cosas. No es el acto de dar, es desde donde se da.

 

Otra cosa también es que somos generosos esperando algo a cambio. Quien no ha dicho en algún momento determinado: si yo se lo di todo y miren como me paga. Entonces ese que yo di todo, no era generosidad, estaba esperando algo a cambio. Y por eso es que nos sentimos utilizados, por eso es que vamos manipulando por medio de nuestra generosidad a los demás. Si yo soy generoso para manipular, no soy generoso.

 

Si yo estoy siendo generoso desde mi culpabilidad, tampoco estoy siendo generoso porque estoy dando, pero realmente me estoy sintiendo culpable y refuerzo esa culpabilidad, la mía y la pongo en el otro también. El ego tiene una culpabilidad que la pone afuera, pensando que se va a liberar de ella. Por eso empezamos a ver víctimas o nosotros mismos somos víctimas del gobierno, de mi padre, de mi madre, de mi marido, etc. Y nos vamos sintiendo víctimas de todo, entonces desde ese lugar reforzamos el victimismo y no estamos siendo generosos.

 

Hay que dar sin depender de lo que doy, sin apegos. El apego trae sufrimiento, entonces lo que doy lo suelto.

Entonces no es que no quieras nada material nunca, te dice que ya no quieras algo del cual dependas. No dependamos de nada, porque nosotros somos seres libres, entonces la verdadera generosidad es cuando ganamos todos a nivel espiritual que se manifiesta en el material.

 

Para UCDM generosidad significa dar en el sentido de conservar.  Dar todo lo que doy, lo conservo. Entonces eso que yo estoy dando, lo voy a conservar, que lo que yo quiero y lo empezó a dar para reconocerlo, para tenerlo en mi conciencia, para conservarlo. En este mundo creemos que dar es perder, tenemos los conceptos al revés, entonces pensamos que generosidad es un sacrificio de tiempo o cosas materiales. Ser generoso es dar para que el universo me dé. Entonces si estoy dando con miedo y no con confianza, eso es lo que voy a recibir, tengo que ver desde donde lo doy.

 

También nos habla el curso de ser generoso en interés propio. Si lo que doy es lo que conservo, entonces soy generoso en interés propio. Cuando habla el curso de interés propio, se está refiriendo a nuestra verdadera identidad, al Cristo, a ese ser que está unido a Dios. En interés propio porque dando, reconozco quién soy. Quiero salirme de ese ser que se cree en carencia, para reconocer lo que soy, que soy abundante.

 

La generosidad es compartir lo que uno tiene. Por eso que también hay una parte que nos dice: para poder tener, da todo a todos. Da todo a todos, no te quedes con nada que decir o hacer. Todo lo que a mí me gusta lo quiero compartir, esa es la verdadera generosidad.

 

Nuestra abundancia, nuestra felicidad, nuestra paz y nuestra alegría, todo lo que realmente nosotros deseamos, pensamos que son las cosas externas que nos van a dar esto. Realmente las tenemos ya nosotros, porque fuimos creados de esa forma. En el amor de Dios en nosotros es que lo tenemos todo. Pero como estamos en un sistema de pensamiento egoico, opuesto al amor, nosotros pensamos que nos falta algo y esperamos que algo externo nos vaya a completar. De ahí viene la idea de sacrificio, de que pienso que a mí lo que me va a llenar algo externo, obviamente tendré miedo de dar. 

 

Recordemos que el amor que es lo que nosotros somos y extendemos. El amor se extiende porque genera dicha al extenderse, pero entonces como nosotros sabemos que lo que estamos dando se nos está corroborando a nosotros mismos es porque nos trae paz.

 

Reciban y den siempre. No pongamos frenos a la abundancia.

Dar y recibir es exactamente lo mismo. Recibimos y nos percatamos que tenemos, pero al dar nos percatamos que damos porque tenemos y por eso también recibimos, y esto es una rueda.


Lic. Alejandra Inés Greco

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